domingo, 27 de marzo de 2016

Coincidencia nº 16 "El poder de la mente y los 14 palitos" (2a parte)

Coincidencia nº 16  "El poder de la mente y los 14 palitos" (Parte 2)

  Nunca supe hasta ese día si el dibujo era una flor o era un sol. El dibujo resultó ser un nido de dinosaurio de hace cien millones de años.


   Año 2014

  Esta vez y después de dos años de haber estado allí volvía con la misma ilusión pero con la tranquilidad de saber que me sentiría como en casa. Otra vez en el rellano de un tercer piso de la calle del Riu d’or. Ya sabía lo que había detrás de la puerta blanca, era un piso de la zona de Sarriá habilitado como un acogedor despacho. Recordaba que había un recibidor con un espejo frente a la entrada, y que el suelo era de parquet. Para llegar hasta la zona de trabajo tenía que girar a la izquierda y luego a la derecha para atravesar un pasillo que daba paso a un amplio comedor transformado en zona de despacho. Allí había tres mesas donde se desenvolvía el equipo de Eduard con Magda a la cabeza, a la izquierda unas estanterías blancas llenas de libros y al fondo unas cortinas de color claro que daban una luminosidad especial al espacio. Siempre que recuerdo esa sala me viene a la cabeza la primera foto que me envió con su alegre y pintoresca silueta  sosteniendo una piedra, con esa cabellera blanca y desforestada por años de pensamientos, intuiciones, estudios, tristezas y alegrías, tras su silueta las estanterías blancas repletas de libros y la atmósfera general alegremente iluminada por la luz del sol que cruzaba las cortinas. Y por supuesto estaría Magda para abrir la puerta y para casi todo lo demás, una joven psicóloga que el destino y su propio empeño hicieron que estuviera allí, siendo su mano derecha y seguramente muchas veces su mano izquierda. Sin ella nada de esto hubiera sido posible.



  Con todo lo que recordaba, me olvidé de muchos detalles que luego resultaron increíbles.
  Pero ese día en mi bolsa no había un libro para entregarle, solo llevaba los típicos enseres de necesidad básica que suelo llevar, una cartera sin dinero, un paquete de clínex, algún caramelo, las llaves del coche y una piedra pintada.

  Desde que viví la bonita sincronicidad de las tres piedras “the sky is the limit”, y hasta hoy mismo, siempre suelo tener una piedra pintada cerca de mí. A veces aparecen en el bolso, o en un rincón del coche, o en algún bolsillo de mi vieja mochila, o en el cajón de mi mesa de trabajo, y eso no significa que estén pérdidas o que yo sea un desordenado, es simplemente una forma de asegurarme tener siempre cerca un bonito regalo por si surge la persona a quien entregárselo.  No creo en la suerte ni soy supersticioso, por eso me rio cuando la gente habla de que son piedras mágicas. El sentido mágico es atribuido por la fuerza de voluntad de quien las pinta y porque son piedras que van de mano en mano apareciendo en la vida de las personas en forma de aviso, tocar una de estas piedras  es tocar el límite de la vida. Se ha escrito mucho sobre ellas, y tal vez si no conocéis su historia todo esto os suene a cuento o leyenda. Lo curioso es que ciertamente también son cuento y leyenda.
Pero la historia de estas piedras bien merecerá otro escrito y otro momento.

  Y así armado toqué el timbre de la puerta blanca a la vez que observaba y volvía a leer el poster de la entrada “Sin ilusión no hay proyecto”. Estaba allí porque aún me sentía en deuda por la lucha de Eduard en descubrir el motivo de las desconexiones de María, estaba allí para regalarle una piedra para que el también pudiera tocar el límite de la vida, además le explicaría que necesitábamos divulgación e impulsos para una bonita aventura.

  A principios de 2014 y después de unas cuantas peripecias, y más de una coincidencia, me vi involucrado en medio de un grupo de personas formando un equipo que intentaría ganar unas becas para un propósito social y solidario.

Para optar a dichas becas debíamos presentar un proyecto deportivo y que a la vez tuviera un fuerte motivo de carácter social. Además y durante unos meses debíamos publicitar y divulgar el proyecto para llegar a un máximo de personas y que esas personas votaran en forma de impulsos a dicho proyecto solidario. Los 10 equipos más votados de España podrían pasar a la fase final donde un jurado formado por doce personas deliberarían para elegir a los merecedores de esas becas. Éramos un grandioso equipo formado por gente de todas partes, cada persona que daba su impulso era importante y era parte de ese equipo que empujaría a sus líderes, Noe y Anna, a lo más alto. Pedimos votos por todas partes, en cada camino, en el trabajo, en la familia, en nuestros institutos, a todas nuestras amistades, por varios canales en las redes sociales, creedme que incluso sacamos votos de debajo de las piedras.

  Era importantísimo conseguir impulsos y divulgación. Tanto creíamos en nuestro proyecto que supimos desde el primer día que ganaríamos esas becas, no cabía la menor duda y los indicios, anécdotas y coincidencias que iban sucediendo así lo iban mostrando.

  De esta forma, con la ilusión de un niño, con la pasión del que cree en lo que hace y con la alegría de compartirlo con la gente que quieres y admiras, me hallaba yo entrando otra vez en el despacho de Eduard. Otra vez sería Magda quien abriera la puerta para recibirme.

  Nada más entrar me llamó brutalmente la atención una extraña figura decorativa que había en la entrada. Esa figura ya estaba allí la primera vez que entré en ese despacho dos años atrás, pero no brillaba tanto como ese momento, no la recordaba y seguramente no la vi. Solo recordaba el espejo de la entrada. Creo que ha Magda apenas la saludé al entrar ya que todo mi ser se centró en esa figura, solo acerté a decirle,-¿Qué es esta figura?- ella me dijo –es un nido de dinosaurio de hace 100 millones de años-. Abrí el bolso y saqué la piedra que llevaba dentro para decirle que era un regalo para Eduard. En ese momento descubrí porque no sabía si el dibujo era una flor o era un sol, no lo sabía ya que no era ni una cosa ni otra, era un nido de dinosaurio. 


 Año 2015

 En el año 2015 se formó un grupo de personas empeñadas en cambiar el rumbo de ciertas cosas, y empeñados en encontrar a través de la ayuda al prójimo la plenitud de sus vidas. Este grupo se puso en contacto conmigo para que colaborara con ellos y participara de sus actos solidarios y de altruismo. Con todo mi pesar les dije que  no quería involucrarme en más historias. Soy una persona que en lo que se refiere a compromisos no tengo términos medios, o me comprometo o no. Si me comprometía sabía que otra vez volvería a sacrificar tiempo de mi familia.
 Muchas veces mi familia ha pagado con mi tiempo todos mis compromisos de trabajo y altruistas. El año 2015 había sido un año agotador para mí y decidí que en 2016 me centraría de lleno en mi familia.

 Este grupo llamado 9 Sentiment creó un grupo de WhatsApp, en cual fui incluido, aun sabiendo que yo no participaría de sus actos. Durante unas semanas seguí sus conversaciones, pero tal como les había avisado yo no formaría parte de ese grupo. No quería involucrarme y sin darme cuenta ya lo estaba haciendo, con ciertas personas de ese grupo conecte muy profundamente. Me estaba sucediendo lo que yo no quería que pasara. Así que decidí despedirme definitivamente. Como despedida les expliqué alguna bonita anécdota de coincidencias y les conté la historia de la piedra que no era ni un sol ni una flor.

  Como final de esa explicación les envié una foto con el nido de dinosaurio y la piedra pintada, quería sorprenderles pero el sorprendido fui yo. Cuál fue mi sorpresa cuando Marta, del grupo 9 Sentiment, dijo –es genial, si incluso la piedra tiene 14 palitos como la figura-.
Resultó que la piedra era definitivamente ese nido de dinosaurio, yo no me había fijado en ese matiz final de los 14 palitos.



 Nunca apreciamos del todo los matices, incluso a los que creemos apreciarlos muchas veces se nos escapan detalles importantes. La realidad es multicolor y multireal, son los ojos del que mira el paisaje los que deciden como es ese paisaje. Nosotros decidimos si es una flor, un sol o un nido de dinosaurio, nosotros decidimos si es un día triste de lluvia, o si es un día de diversión para pisar charcos, si es una simple anécdota o si es parte de un guion escrito por nosotros. Para mí fue otro indicio de lo que después sucedió……………….

  Por cierto el proyecto deportivo y social liderado por Noe y Anna fue el más impulsado de España y ganó el mayor premio económico. Siempre supimos que así sería.


1 comentario:

  1. me se pone la piel de gallina, k coincidencia jeje
    nunca lo olbidarè !
    un beso de gnomo y un abrazo

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