lunes, 10 de julio de 2023

Segundas partes de historias, farolillos que siempre brillarán en nuestro interior, coincidencias, luchas,.....


 Tumbado en la cama se tocaba el vientre plano, trataba de imaginarse que sentiría la chica que en su niñez correteaba por Bastimens como quien pasea por las calles su barrio,  ocho meses con una criatura en sus entrañas, y de repente el dolor, el vacío, la angustia y la tristeza infinita. 

El que escribía se entristecía, el iluso que esperaba una última coincidencia, -por Sant Juan nacerá- le decía ella, y él se ilusionaba con que sería el 25 de junio, para regalarle la última coincidencia, el mismo día del cumpleaños de su hijo pequeño. 

La vida era así, siempre fue así, nos eleva a lo más alto para luego hundirnos en lo más hondo. Atrás quedaba aquel texto anterior escrito con ilusión y esperanza, ya no brillaba al leerlo, ya no había mariposas en el estómago.

El día anterior Mariajo le había informado de que el parto había ido mal, despues de 8 meses y  tras una repentina cesaría la pequeña criatura había fallecido.

No sabría que decirle el día que tuviera que volver, en todo caso haría lo de siempre, improvisar al dictado de su intuición para dar lo mejor de él. No nacemos enseñados para afrontar cierros errores de la naturaleza, solo el tiempo, el llanto, el amor y las alegrías futuras podrían cicatrizar su pérdida. Dichas perdidas son heridas de vida que quedan para siempre, pero que de alguna forma nos dejan en un nivel superior de duro aprendizaje que nos hace mas sabios y nos convierte en mejores personas. Seguramente ellos, Airam y Sineg, ya estarían en ese nivel superior, tal vez sin saberlo, de cicatriz les quedaría aquel farolillo que ellos encendieron y que se apagó, pero que les iluminaría en muchos momentos de su vida, buscarían la luz de aquel farolillo en cada brillo, y seguramente con esa luz mas adelante ayudarían a otras personas a suavizar perdidas parecidas.

Llevaría una piedra en el bolsillo por si acaso, a ella le gustaba la montaña y los dos eran seguidores de un tal Jornet. La piedra tal vez le serviría a ella para aferrarse a algo, una distracción más mientras la herida se suavizara o como excusa para subir una montaña. Tras la piedra había muchas historias de vida, historias de cimas y de soñador@s, historias de madres y de perdidas, ahora tal vez ella también pasaría a formar parte de aquella historia de las piedras viajeras.

 Además le explicaría algún relato como el que escribía en aquel instante y que empezaba despues del siguiente punto, aunque solo fuera para regalarle mas momentos de evasión.

  "Dios los cría y ellos se juntan", había sentenciado Oravlá a aquella pregunta a propósito de sus amigos de Swim. Ésoj y David se habían conocido 5 años atrás, cuando David empezaba a nadar para preparar una prueba Swimrun.

Fue Oravlá quién le metió el gusanillo del Swim y quién le presentó a aquellos tipos. En varios de sus escritos, que en el fondo no eran mas que relatos su vida edulcorados con su punto de vista, ya hablaba de ellos, y de la inexplicable conexión y buenas vibraciones que sentía con todos. Con su tocayo David M. ya había escrito varios posts en su blog, donde hablaba de la coincidencia de Sacul o de la conexión con Ailatan, y en otros escritos ya había escrito a propósito de la buena conexión con todos ellos, de Xiela que siempre le daba ánimos para mejorar en la técnica. Ahora le tocaba el turno a Ésoj, o Ahcel, que era como todos le llamaban. Habían nadado como lo hacían habitualmente, desde el espigón de la zona de Espai de Mar y hasta hotel Wela. El verano tocaba a la puerta y las medusas ya rondaban en sus pensamientos en cada brazada. El que escribía ya las había sufrido años atrás cuando una le había picado en la cara, desde entonces había desarrollado una mayor capacidad de detectarlas. Ya a mitad del recorrido David informaba a Ahcel de que ya había visto varias Pelagias, Ahcel no hizo ningún comentario y siguieron nadando. -Yo me salgo- fueron las palabras que Ahcel soltó mas tarde al llegar al espigón del Wela, una medusa la había picado y le había provocado una roncha grandiosa detrás de la rodilla.

 Había tantas medusas que habían decidido hacer la vuelta andando en vez de nadando, David iba con neopreno y podría haber vuelto a nado, pero una buena charla con Ésoj también le apetecía.

 Los dos eran cincuentones, solo eran amigos de swim, pocas veces coincidían en otros ámbitos y a pesar de que llevaban nadando juntos 5 años nunca habían charlado a propósito del tema de este escrito, los hijos y su condición sexual.

 Entre cincuentones suele ser un tema recurrente hablar o preguntar por los hijos, así fue como a la vuelta del Swim salió el tema de los hijos. En uno de los comentarios se derivaba del tema de los hijos al tema de la ciudadanía, David le decía a Ésoj que estaba un poco desengañado a propósito de la modernidad o progreso cultural de una parte de la ciudadanía. Aunque no le gustaban las etiquetas le explicaba que tenía un hijo gay y que recientemente, y en esta sociedad que muchas veces creemos tan avanzada, su hijo junto a su pareja habían sido increpados por otros jóvenes por ir de la mano, a David le parecía increíble que eso pudiera suceder hoy en día. La rabia de padre y de persona le corroía por dentro. Y otra vez surgían esas coincidencias o conexiones que David coleccionaba, esas coincidencias que muchas veces le servían para enraizar en mayor profundidad su relación con las personas. Ésoj contestaba a David,-“yo también tengo un hijo gay”, tiene 19 años y nos lo comunicó hace tres años. Ésoj  le explicaba a David la de veces que a su hijo le habían pegado o perseguido por su condición de gay o por defender a otros compañeros. Le explicaba que incluso una vez fue perseguido por un grupo de unos 15 tipos teniendo que saltar vayas y esconderse para que no le pegaran o no se burlaran de él. Además habían ido varias veces a comisaría por este tipo de agresiones y legalmente prácticamente no había nada que hacer.

Por otro lado los dos estaban preocupados por alguno de los sueños de sus hijos, el hijo del que escribía soñaba con ir a Rusia y el hijo del que había sido picado por una medusa soñaba con ir a China, ya tenían otro tema de debate y conexión.

 El paseo terminaba y los dos se despedían hasta el próximo día se Swim. El chico de la bici llamaba a Oravlá y le preguntaba,- ¿de donde has sacado a estos amigos, a estos tipos nadadores tan buena gente y con tanta conexión?, Oravlá contestaba - "Dios los cría y ellos se juntan" 

Tener un hij@ gay o hetero no debería ser motivo de alegría o tristeza, pero David se alegraba de que Ésoj  tuviera esa misma experiencia de padre de una persona gay. No solo les encantaba nadar juntos, sino que ahora tenían más temas en común, los dos habían desarrollado, por unos u otros motivos, sensibilidades parecidas. 

 Poco mas faltaba para terminar de aquel escrito en la semana del orgullo gay. David lo remachaba explicando que no solo en España seguía habiendo personas increpadas por su condición sexual. Pocos días atrás su hijo le explicaba a David, que a su amigo Burt, aquel chico polaco-inglés tan encantador y que había cautivado a toda la familia, le habían lanzado huevos cuando paseaba por París y había sufrido muchas vejaciones.

 Una vez terminado aquel escrito, su doctor Ogeid le llamaba, "-David ¿te importaría cambiar el día y la hora de visita para la semana siguiente? Airam ya tiene fuerzas para volver y ella misma te volverá a visitar-." La vida volvía a abrirse paso, aquel farolillo que se apagó, siempre la iluminaría, y ahora ya le estaba dando la fuerza necesaria para volver a brillar.