sábado, 2 de diciembre de 2023

Un mes intenso y mi bienvenida al GEN BRCA2 y a otros achaques

 Otra vez volvía a su dentista para seguir con el tratamiento, iba contento se sentía a gusto con sus doctores y la inversión dental ya estaba asumida. María, su doctora estaba todavía recuperándose física y mentalmente de su perdida, pero la conexión era sincera y de una u otra forma el que escribía siempre acababa explicando alguna historia personal. Era un libro abierto, su mujer Mariajo no entendía porque contaba sus historias, las buenas y las malas. Le gustaba hacerlo, tal vez para desahogarse o para enseñar al otro a valorar la vida, aprender de los momentos buenos y de los malos, y por supuesto solo explicaba sus historias a gente con la que conectaba bien, como era caso de Diego o María. ¿Cómo estás David? ¿Qué tal todo?, y ahí estaba David explicando con todo detalle sus aventuras médicas de los últimos meses. Resultó que la madre de María había sufrido un cáncer años atrás y los doctores habían aconsejado a los hijos hacerse la prueba del gen, no se la hicieron en su día y ahora María al escuchar a David tal vez volvería a su médico para hacerse dicha prueba. 

Y David le explicaba parte de la historia que ahora empezaba a escribir.   

Como otras veces volvía a su rincón bibliográfico donde explicaba algunas historias de su vida para ir ampliando su diario, creía que tal vez algún día esas historias podrían ser parte de su legado.

El año 2023 estaba llegando a su fin, tenía que hacer balance de un año que tal vez sería otro punto inflexión en sus planes de vida y en su forma de hacer.

  No sabría como empezar a explicarlo, empezaría a escribir frases y la inspiración ya iría haciendo acto de presencia. Escribir era un bálsamo relajante por donde respiraba su alma.

Habían tenido la suerte de que Marina y Candela estuvieran dentro de un estudio genético. El equipo que llevaba su caso estaba desesperado intentando buscar un porque, una respuesta, una solución a su inmudeficiencia, incluso habían llevado su caso a hospitales de Francia e Italia. Un nuevo camino se abría y ahora los investigadores indagarían en el estudio de sus genes. Querían saber si en la sangre de la familia encontraban algo genético que explicara los continuos ingresos de Marina y Carlota, no encontraron nada, pero de casualidad encontraron un indicio inesperado, encontraron otro gen que nada tenía que ver con los achaques de Marina y Candela. Ya lo decía Pedro Navajas, "La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida...". Ahí estaba, repentino, insolente, sin respeto, sin buscarlo y de causalidad los investigadores habían encontrado un gen llamado BRCA2. Las personas con dicho gen pasan a ser de alto riesgo en cuanto a riesgo de contraer ciertos tipos de cáncer. Por la vertiente femenina del ramal familiar portador de dicho gen los genetistas aconsejaban someterse a varias intervenciones para que les fuesen extirpados ovarios y pechos. En cuanto al que escribía tendría que cruzar los dedos y aferrarse a revisiones anuales que incluirían resonancias magnéticas de páncreas, próstata y pecho, y visitas rutinarias con el equipo genetista y oncológico. 

   Sus hijos tendrían que hacerse las pruebas genéticas para saber si ellos también eran portadores de dicho gen, la probabilidad era alta, un 50% de posibilidades y eso le quitaba el sueño. 

Intentaría no perder su mirada ilusa de la vida, seguiría mirando sus montañas como las mejores del mundo, Sant Ramón, Collserola o el mismo Montjuic, seguiría corriendo por sus simples laderas con la misma ilusión, soñando con el paso de otro año para volver a sus otras montañas, a soltar en el pirineo todo lo soñado en los caminos del día a día, seguiría ilusionándose con carreras como aquella en la que coincidía con su amigo Esteve Rovira, nunca supieron si uno estiraba o el otro empujaba, pero la foto le sirvió como portada de una sus múltiples historias.


  Estela, la biotecnóloga, se lo había explicado al primer ramal de la familia. Aquella enfermad que se llevó a su hermana volvía a exhibirse, sin llegar a penetrar en sus cuerpos, pero amenazante. Un gen no funcionaba bien y por ahí se podría colar.

  Había sido un año intenso, uno de sus mejores amigos estaba en plena batalla contra la enfermedad, le habían extirpado un tumor maligno y estaba en las últimas sesiones de quimioterapia. A su compañero Ragde el cáncer le había arrancado un ojo y le había arrebatado su trabajo.  El padre de Ruth acaba de fallecer de dicha enfermedad, hacía pocas semanas que habían estado juntos y en aquel momento la enfermedad estaba dormida, pero en pocas semanas había sido devastadora. Incluso a Elido, la chica responsable de RRHH de su empresa, y a quien había informado semanas atrás de toda su agenda médica, acababa de ser operada de un cáncer de pecho, por suerte lo habían detectado a tiempo y solo le faltaban las sesiones de radioterapia.

Simplemente cambiaría sus planes de futuro, adelantaría muchos de sus planes antes de que el BRCA2 entrara en caos. Estaba feliz, había aprendido a valorar todo lo que tenía, lo bueno lo saboreaba y lo malo le hacía más sabio. 

  Le parecía increíble estar esperando en una sala de espera en la calle Manso para que un médico le atendiese, mientras en otras partes del mundo se cernían sombras y guerra. Los últimos años habían sido muy intensos por temas de salud de familiares cercanos, pero ahora era el que escribía el que estaba siendo asediado por sorpresas de la vida en lo que a su propia salud se refería. Un mareo repentino en uno de sus entrenamientos le había empujado a ir al médico para una revisión, -“tendrás que ir al hospital clínico”- le decía el doctor de Manso, -pido hora?- le contestaba David, -No, tienes que ir ahora mismo a que te miren bien ese corazón, lo tienes inflamado-. 

 Otro susto le avisaba de que a los 55 estas cosas pasan, sigues viendo el goteo de personas que parten y otras que nacen, aquel amigo que falleció o aquel otro cuyos hijos vuelan alto, o tu compañero que tuvo un ictus o tu amiga Noe que por fin consiguió su ansiada eutanasia tras años inmovilizada,….hasta que eres tu el que forma parte de ese goteo de noticias de amigos o familiares a cuya puerta pican los achaques, pero que se siente en el mejor momento de su vida.

Dibujo de la carta de despedida que Noe me preparó antes de morir.



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