Coincidencia nº20 "Alas rotas y el quiosco de los sueños”
Y así sin saberlo
Anna, le regalo a aquel hombre un sueño perdido de su infancia. Hacía tiempo que ellos ya estaban conectados
de alguna forma, sin conocerse. Los hijos del que fue un crio ya llevaban años
entrando en la misma portería en la que
Anna vivía. Probablemente aquel chico que soñaba con volar y con salvar al
mundo así lo dejo escrito, a fuego para que algún día sucediera. Y así fue,
Anna solo se dejó llevar por su gratitud, por su ilusión y por su intuición.