Coincidencia nº20 "Alas rotas y el quiosco de los sueños”
Y así, sin saberlo
Anna le regalo, al chico que escribía este relato, un sueño perdido de su época de crio. Hacía tiempo que ellos ya estaban conectados
de alguna forma, sin conocerse. Los hijos del que fue un crio ya llevaban años
entrando en la misma portería en la que
Anna vivía. Probablemente aquel chico que soñaba con volar y con salvar al
mundo así lo dejo escrito, a fuego para que algún día sucediera, tal vez en su madurez. Y así fue,
Anna solo se dejó llevar por su gratitud, por su ilusión y por su intuición. David solo se limitó a escribirlo para ampliar su colección de coincidencias.